A la pregunta sobre cuáles son los retos de la capital dominicana, Santo Domingo de Guzmán y su Distrito Nacional, cuatro arquitectos dieron su particular apreciación:
Bichara Khoury, Luis Eduardo Delgado, Elmer González y Emilio José Brea.
En las respuestas hubo coincidencias, en el tema del caos vial, y también visiones optimistas tanto como pesimistas. Un encuentro que reunió a arquitectos de varias generaciones fue el lugar aprovechado para la consulta. El tema que los convocó, "Arquitectura y Literatura: La ciudad del Ozama en las letras nacionales", logró llenar un salón del Museo de las Casas Reales, y no por casualidad.
Los arquitectos dominicanos de varias generaciones no solo se dedican al diseño de proyectos, durante años, también han fomentado la construcción de espacios de discusión y análisis sobre la ciudad en la que habitan y sobre que trabajan.
Los consultados aquí representan varias generaciones, y evidencian el activismo de unos profesionales que ganan cada vez más visibilidad en una metrópoli que busca imponer perfiles modernos en medio de múltiples limitaciones.
La ciudad global y desafío del desarrollo sostenible
Elmer González, director de la Escuela de Arquitectura de UNIBE, parte del reto que supone para Santo Domingo el camino que recorre para convertirse en una ciudad global. Recuerda que la ciudad está ranqueada por sus componentes en los estudios más recientes que muestran el mapa mundial de distribución de las ciudades globales de acuerdo con el listado del Grupo de Estudios sobre Globalización y Ciudades Mundiales Desarrollarse con un sentido de marca-país, estableciendo las prospectivas urbanas, arquitectónicas y de amenidades que ya requiere una ciudad global, argumenta González.
Destaca que Santo Domingo ya tiene un Metro, puerto, centro de convenciones y genera una serie de actividades que permiten compararla con ciudades desarrolladas europeas.
En la primera mitad de la década del 2010 al 2020, Santo Domingo necesita enfocarse, a su juicio, en un desarrollo sostenible, lo que implica intervenir los espacios públicos, comenzar a cambiar la cultura urbana de los espacios intracomerciales y desviarse a los espacios de ciudad.
Es importante repensar otro tipo de vida en la ciudad que no parta del consumo, explica González, quien aboga por establecer zonas gastronómicas, por ejemplo, y enclaves culturales en diferentes sectores del territorio de la ciudad.
El concepto de cultura urbana hay que potenciarlo, enfatiza también, y agrega que se debe trabajar para crear una mayor interrelación entre Santo Domingo Este y Oeste y a la vez aprovechar los nuevos flujos que generan las nuevas autovías que conectan la zona turística del Este con la capital dominicana.
2014, considera, es un momento ideal para programar el próximo lustro, para constituir realmente un liderazgo de ciudad a nivel regional.
Tánsito y ruido frenan la calidad de vida
Para Bichara Khoury, presidente de la Sociedad de Arquitectos de la República
Dominicana, lo elemental, lo más evidente, lo que más lesiona ahora mismo la calidad ambiental del dominicano es el tránsito y el ruido.
"Para mí esos son dos temas urgentes, porque nos está haciendo daño. Ya no se trata de irnos a la planificación. Es un problema básico, elemental", comenta ante la cuestión.
Si no resolvemos el problema del tránsito argumenta, no sólo en lo que respecta al consumo de combustible, de congestionamiento y contaminación por monóxido, el desgate que produce la inversión de tiempo en movilizarse por la ciudad a cada ciudadano, el que conduce y el que anda a pie, no se puede hablar de calidad de vida.
El ruido es el otro problema fundamental que Khoury resalta. Sin entender -se lo
pregunta- por qué el dominicano hace tanto ruido, advierte que esto se ha convertido en un problema serio para la salud. Y lamenta que aunque haya leyes y reglamentaciones muy bien establecidas para regular el ruido, no se cumplan las disposiciones.
Las autoridades, apunta, parecen no tener capacidad para imponer los controles, aunque a veces aparezcan noticias de disposiciones.
Nosotros estamos en una fase en que el problema nuestro es respetar la ley.
Nosotros estamos en una fase en que el problema nuestro es respetar la ley.
Violar la ley es un deporte en el país, y por eso la solución pasa porque la ciudadanía se involucre. Es el reto, dice, que tienen las autoridades, logra que la gente que tiene consciencia, que podría colaborar desde su posición, hacer algo.
La basura y el desorden en el tránsito
Puesto a señalar desafíos importantes para el año que inicia en Santo Domingo, para Emilio José Brea, reputado arquitecto y ex vicepresidente del Consejo Nacional de Asuntos Urbanos -CONAU-, el problema de la "caotización del tránsito" y la recogida de la basura ineficiente son dos temas prioritarios a resolver, si de asumir desafíos para mejorar se trata.
"Supongo que los ayuntamientos van a tener que ponerse de acuerdo para poder
resolver las dos situaciones el año que viene, para lo cual también necesitarán el apoyo del Gobierno central, porque de lo contrario no lo van a lograr", sostuvo.
Brea entiende que los ayuntamientos, junto con el Ministerio de Obras Públicas y la Corporación de Acueductos y Alcantarillados de Santo Domingo (CAASD), entre otras instituciones, tienen una responsabilidad mayor en la solución que demanda la ciudad.
El arquitecto Luis Eduardo Delgado Cestero (Pipí), quien fue director de la Escuela de Arquitectura, y Decano de la Facultad de Arquitectura y Artes de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (Unphu), coincide con Brea en la prioridad que hay que dar al problema del tránsito. Se enfoca, no obstante, en el transporte público.
La regulación del transporte público, recuerda, antes era responsabilidad de los
ayuntamientos, y luego se crearon diferentes instituciones, como la Oficina de Tránsito Terrestre, entre otras, "que realmente no han resuelto el problema".
Hace referencia a la falta de estudios o de aplicación de estudios del origen-destino.
Dice que supone que para hacer el Metro de Santo Domingo los hicieron. Sugiere que con esos estudios de origen destino se creen rutas claras, precisas, de autobuses.
Explica que deben trazarse rutas que no se puedan alterar, con la garantía de
frecuencia, aumentando o disminuyendo la cantidad de autobuses en función de la demanda -de las horas pico-.
También aboga por establecer paradas claras, que dejen atrás las escenas de los
minibuses, carros y autobuses peleándose para ganarse los pasajeros.
En cuanto a obras para la ciudad, Delgado da prioridad a las de alcantarillado pluvial y sanitario. Entiende que la ciudad necesita de una inversión en el área con visión de futuro, de manera que la construcción de estos sistemas también permita la producción de energía eléctrica.
Le consta, resalta, que al país han venido empresas dispuestas a invertir en la
construcción de sistemas alcantarillado en Santo Domingo, a cambio de producir energía eléctrica.
"Es fundamental que saneemos la ciudad", enfatiza, para agregar que el manto freático que tiene Santo Domingo está contaminado.
Listin Diario, 27.01.2014